Enviar y recibir mensajes de texto por el teléfono celular ha adquirido gran popularidad, especialmente entre los adolescentes. Además de enviar mensajes de texto, muchos teléfonos celulares también permiten al usuario enviar fotografías y videos. Sin embargo, aunque esta capacidad de conectar, comunicar y compartir instantáneamente es positiva en varios aspectos, también tiene el potencial de crear muchos problemas. Uno de los aspectos que causan mayor preocupación se conoce como “sexteo”, del inglés, sexting.

Una reciente encuesta conducida por la Campaña Nacional para Prevenir el Embarazo en la Adolescencia, revela que el 22 por ciento de las chicas adolescentes y el 20 por ciento de los varones de la misma edad han enviado fotografías de desnudos o semidesnudos por Internet o por sus teléfonos celulares. Los jóvenes sextean para hacer alarde, para atraer a otra persona, para mostrar interés en alguien, o para demostrar su compromiso a su pareja. El envío de fotografías o mensajes seductores es problemático de por sí, pero el verdadero desafío se presenta cuando el contenido inapropiado se difunde ampliamente. Cuando las fotografías reveladoras de una persona se vuelven públicas, ésta casi siempre termina sintiéndose humillada. Más aun, enviar imágenes sexualmente explícitas a menores es un delito, y algunos estados han comenzado a enjuiciar a los jóvenes por el delito de pornografía de menores y por atentado al pudor (obscenidad), que es un delito mayor.

•              No espere a que suceda algo para hablar con su hijo sobre las consecuencias del sexteo.

•             Recuérdele que una vez que alguien envía una imagen, ya nunca la podrá retirar porque se pierde el control sobre ella. Pregúntele cómo se sentiría si sus maestros, padres, o incluso toda la escuela llegara a ver la fotografía.

•              Hable sobre la presión bajo la que alguien puede encontrarse para enviar fotografías reveladoras. Dígale que usted entiende que los jóvenes a veces se sienten coaccionados o desafiados a enviar algo, y explíquele que, por fuerte que sea la presión social a involucrarse en el sexteo, la humillación a la que se vería expuesto después sería cien veces peor.

•            Enséñele que está en sus manos poner fin a la situación. Si alguien le envía una fotografía, debe borrarla inmediatamente. Es mejor ser parte de la solución que del problema. Además, si les envía la fotografía a otras personas, estaría distribuyendo pornografía, y eso es un delito.