Al igual que en la vida real, es importante que los estudiantes sepan a quién confiar su información personal en Internet. Si no protegen su información y no comprenden los riesgos de seguridad digital, podrían dañar sus aparatos, caer presa de estafas, o aumentar su riesgo de ser víctimas de usurpación de identidad.

Por ejemplo, un joven podría pedirle a otro que le dé su contraseña de la computadora para jugar un juego, pero así podría también lograr acceso a la cuenta personal de correo electrónico. O un estudiante podría usar un programa para compartir archivos, pero le transmite un virus a la computadora. Además, es importante que los estudiantes entiendan que cuando están en línea, las compañías están observando y registrando su conducta, y que hay estafadores muy hábiles que podrían tratar de conseguir con engaños que los jóvenes les den información personal, como el número de teléfono de su casa, el domicilio, la fecha de nacimiento, y hasta el número del Seguro Social.

Crear contraseñas seguras. Una contraseña bien pensada para proteger las cuentas obra maravillas. Las contraseñas deben ser difíciles de adivinar, combinar letras, números y símbolos, y nunca incluir datos personales como una fecha de cumpleaños o la dirección de la casa. Es preciso aconsejar a los estudiantes que nunca compartan sus contraseñas con los amigos.

Pensar dos veces antes de descargar algo. El contenido que los estudiantes descargan de fuentes no seguras puede hacerle mucho daño a una computadora. Los juegos y videos gratuitos frecuentemente vienen acompañados de programas espía y de virus. Aconseje a los estudiantes que solo descarguen contenido de sitios seguros.

Proteger los datos personales. Los estudiantes deben tener cuidado al compartir su información personal, como su nombre completo, el domicilio, y los números de cuenta. Si reciben un mensaje que les pide información personal deben tratarlo como si fuera una señal de alerta de estafa. Y si sospechan que un mensaje podría ser una estafa, no deben responder ni hacer clic en los enlaces incluidos.

Identificar el correo basura y deshacerse de él.  Es necesario enseñar a los estudiantes que no deben abrir el correo basura de Internet porque si lo hacen continuarán recibiendo más correo de ese tipo. La mejor estrategia es no abrir correo electrónico de ninguna dirección que uno no reconozca.

Se recomienda fijar un límite a la recolección de datos. Los estudiantes deben tomar el control de la información que manejan, por ejemplo:

1. inhabilitar los “cookies” de Internet para que las compañías no puedan llevar un control de sus hábitos de navegación en línea,
2. limitar el número de anuncios en los que hacen clic, y
3. examinar la política de privacidad de los sitios de Internet antes de revelar datos.